Selección de párrafos del artículo de Elpaís.com Núria Jar 20 enero 15
Científicos del Centro de Regulación Genómica (CRG) y responsables de la Obra Social La Caixa han presentado esta mañana en CosmoCaixa Barcelona el proyecto Saca la lengua, que analizará las bacterias y los hongos del microbioma bucal de 2.000 adolescentes españoles de 3º de la ESO.
“Como científico me siento muy ilusionado de participar en un proyecto de ciencia ciudadana y no estar encerrado en mi torre de marfil”, confiesa Toni Gabaldón, coordinador del estudio y jefe delgrupo de genómica comparativa del CRG.
El estudio diferenciará la calidad de la saliva en función de si el adolescente vive en un ambiente urbano o rural, y también explorará las diferencias socioeconómicas que existen entre barrios de una misma ciudad, como Barcelona o Madrid. Los científicos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona han asesorado a Gabaldón a la hora de diseñar el cuestionario sobre los hábitos de higiene y alimentarios, y el historial clínico para completar el estudio con datos epidemiológicos.
Obsesión por los microorganismos
Las bacterias son una de las obsesiones actuales de los científicos que escudriñan intestinos, ombligos y vaginas para analizar su composición, y averiguar la relación que establecen con las células del cuerpo humano, que conviven en minoría. Por cada célula humana residen diez bacterias en nuestro organismo.
“El microbioma es una parte importante de nuestra salud y enfermedad”, asegura Gabaldón. El científico destaca las aplicaciones de sus resultados en el diagnóstico y tratamiento de patologías bucales, como la caries o la gingivitis.
A nivel mundial hay muchos centros de investigación dedicados a este campo. El Proyecto del Microbioma Humano tiene una base de datos sobre el microbioma oral humano. Y hasta se conoce la flora microbiana de la cavidad oral de nuestros antepasados, publicados el año pasado en Nature Genetics, en los que participaron investigadores de la Universidad de Valencia.“La diferencia de nuestro proyecto es el tamaño de la muestra, la franja de edad de los individuos y el interés científico por los hongos”, destaca Gabaldón. Estos microorganismos son menos abundantes que las bacterias, y su genoma está protegido por una pared celular que hay que romper para extraerlo. “Vamos a ver si hay relación entre bacterias y hongos”, promete el científico.
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